Priorice el uso de materias primas vegetales con certificación orgánica (como ECOCERT de la Unión Europea y USDA de Estados Unidos) y evite el uso de pesticidas o fertilizantes químicos durante la plantación para evitar la contaminación del suelo. Asimismo, la fuente de las materias primas debe cumplir con el estándar de "recolección sostenible"; por ejemplo, al extraer aceite esencial de rosa, no se debe dañar el sistema radicular de la planta para asegurar su regeneración al año siguiente. También puede adoptar la rotación de cultivos (por ejemplo, en una base de plantación de lavanda de cierta marca, dejar la tierra en barbecho durante un año cada tres años para restaurar la fertilidad del suelo).

No utilice materias primas de plantas en peligro de extinción (como Taxus chinensis y dendrobium silvestres) ni aquellas que dañen el ecosistema. Por ejemplo, evite usar componentes de madera que no estén certificados por el FSC (Consejo de Administración de Incendios Forestales) para prevenir la tala ilegal, y no utilice aceite de palma que destruya la selva tropical (si lo utiliza, seleccione productos con la "Certificación RSPO de Aceite de Palma Sostenible"). Asimismo, se rechazan los ingredientes raros de origen animal (como el almizcle y la bilis de oso).